Te puede
gustar el fútbol o no. Probablemente tu tengas aficiones que yo considere
ridículas igual que tu piensas que el fútbol es estúpido.
El fútbol es
despreciado por muchos intelectuales y apreciado por otros. Yo siento un
profundo asco por como se utiliza para manipular los sentimientos de la gente
por algunos medios de comunicación a los que ni les importa el deporte ni les
importa la gente, sólo les importa el negocio. Tambien me asquea el corral de
amiguetes para tráfico de de influencias que constituyen los organismos que lo
regulan con los clubes que más dinero manejan. Pero admiro la capacidad de este
deporte para unir a la gente con una ilusión común, un poder que ya quisieran para sí mas de un visionario
de la revolución popular.
La
propaganda es importante ¿o alguien cree que Hugo Chavez salía en público con
un chándal con los colores de la bandera de su país porque no tenía otra cosa
que ponerse?
El futbol es
circo, también las olimpiadas, los Goya, la exaltación nacionalista y sobre
todo la televisión, el mejor cómplice del poder para alienar al pueblo 24 horas
al día 365 días al año.
Del fútbol me
gusta que sirve para que niños de países asolados por la guerra, de pueblos en
los que los mayores sobreviven con el contrabando o el narcotráfico o de
estados donde el paro causado por la dejadez y corrupción de los políticos
genera bolsas de marginación puedan jugar. En este aspecto se puede incluir también el baloncesto y cualquier deporte que
se pueda practicar entre varios amigos, un solar o un descampado y con una
pelota. Estos niños pueden desviar su atención de la desgracia que les rodea e
ilusionarse con imitar a sus ídolos y soñar con algún día jugar en alguna liga
profesional.
Mucha gente
se habrá alegrado de que se haya acabado de momento el recorrido triunfal de la
mejor selección de futbolistas de la historia de este país. Es inevitable. Es
un mal intrínseco del ciudadano español. Una especie de complejo de ser
mediocre y envidioso que le hace odiar de inmediato a cualquier vecino que
destaca, a quien prospera en el puesto de trabajo, al deportista que triunfa, a
la persona anónima que de repente se hace popular en televisión, al líder
político que consigue apoyo popular, como estamos viendo actualmente con Pablo
Iglesias. Era simpático hasta que consiguió un millón de votos.
A mi me ha
dejado bastante indiferente porque lo veía venir. Después del ridículo de la final de la Copa Confederaciones contra
Brasil quedó claro que hacían falta cambios urgentes. Y no se hicieron.
Flaco favor
ha hecho del Bosque a estos jugadores si quería que se despidieran de forma
gloriosa pues ahora salen con la cabeza gacha y por la puerta de atrás. Tal vez
se sientan aliviados los que ya fueron “jubilados” antes, los Capdevila, Senna
, Marchena, Güiza, Puyol, Navas, Llorente o Negredo por no haber estado en el
barco que se hundió en Brasil.
Ya estábamos
agradecidos al entrenador y a los jugadores por sus logros anteriores ¿era
necesario forzar esta situación?
Como diría
Shane Walsh de The walking Dead: Señor Marques Del Bosque ¿Fuimos a pelear o a
jugar a las casitas?
EL NEGOCIO
A mucha
gente de mentalidad simplista no le gusta la idea de que España vaya al mundial
con la crisis que tenemos ni que Brasil lo organice. No les llega para
plantearse el deporte como propaganda o el negocio que puede ser triunfar en un
evento como este que repercute en promoción, partidos amistosos, televisión,
merchadising etc, dinero fresco para las arcas públicas y privadas que redunda
en riqueza de la que algo toca al ciudadano en forma de fomento del deporte,
creación de instalaciones y empleos, turismo, hostelería etc. derivados de ello además de saneamiento
para el déficit de la televisión pública.
Y tal vez algún niño prefiera seguir
el ejemplo de su ídolo y ponerse una camiseta de la selección u otro equipo y
salir a jugar con los amigos en vez de seguir el ejemplo de algún otro
compañero que dedique el tiempo a tirarse por ahí de botellón y trapichear con
pastillas.
Y siendo el
máximo espectáculo del universo futbolístico el Campeonato Mundial de
Selecciones hay que exigir responsabilidades por los malos resultados. Porque la
Federación ha gastado mucho dinero.
El Estado
ahorrará mucho dinero en viajes de representantes de la nación y en
organización de festejos pero ¿Cuánto dejamos de ganar en otros aspectos?
Me pregunto
¿hasta que punto Del Bosque se ha visto presionado para convocar a una serie de
jugadores de unos determinados equipos a sabiendas de que no iban a dar la
talla? Los medios de comunicación que han pagado por los derechos necesitaban
una buena promoción que les garantizase audiencia.
Una serie de
profesionales han contado con un importante presupuesto y lo han echado a
perder. En cualquier empresa privada serían todos despedidos y no me refiero
exclusivamente a los jugadores sino a directivos de la RFEF , desde Angel María
Villar hasta Vicente Del Bosque.
¿Esto es ser
injusto? Supongamos que el gerente de una fábrica de automóviles lleva una buena línea de ventas durante
veinte años pero las exigencias del
mercado piden cambios estéticos, tecnológicos y de seguridad pero el gerente es
reacio a innovar y a cambiar. Los coches dejan de venderse y al cabo de cinco
años la empresa tiene que cerrar. ¿Deben estarle agradecidos los empleados de
la empresa y los accionistas?
¿Fue lógico
entrenar en Curritbia con 15 º para pocos días después jugar los partidos oficiales
a más de 25 º?
Y no me
hablen de las exigencias de la liga española porque en el Mundial de Brasil están
presentes y jugando a buen nivel futbolistas que juegan en equipos españoles:
Vargas, Alexis, Modric, Keylor Navas, Marcelo, Dani Alves, Guardado, Gio Dos Santos…